domingo, 18 de noviembre de 2012

Un examen ocular, la clave para el diagnóstico temprano del alzhéimer

Un simple examen ocular, en el que se miden las capacidades de reacción de los sujetos ante estímulos visuales, podría poner fin a las dificultades actuales de los especialistas para diagnosticar la enfermedad de Alzhéimer en sus primeras fases de gestación. Según un nuevo estudio publicado en la revista de la American Aging Association, las dificultades de los individuos a la hora de seguir el rastreo de una señal lumínica con la vista están relacionadas con la pérdida de memoria que produce el alzhéimer. Los pacientes enfermos cometen un promedio de 10 errores visuales más que las personas sanas. Concretamente, tienen más dificultades a la hora de apartar rápidamente su mirada de los puntos de luz, al contrario que las personas sanas, que son capaces de hacerlo en un período de tiempo mucho más corto. Además, la clave para los investigadores está en que los enfermos son incapaces de corregir estos errores, aunque sean conscientes de ellos, lo que se vincula con una capacidad memorística y de reacción inferior. La dificultad para corregir los errores de percepción visual está relacionada, según la conclusión del estudio, con las disfunciones en las conexiones neuronales, impidiendo así almacenar los datos de la situación espacial de los objetos o, en este caso, los reflejos de la luz. Retraso del desarrollo de la enfermedad El trabajo, que ha sido elaborado por investigadores de la Universidad de Lancaster en colaboración con la Teaching Hospitals NHS Foundation Trust, supone un gran paso adelante en la lucha contra la enfermedad. Al diagnosticar el alzhéimer antes de que se encuentre en una fase de desarrollo avanzada, permite retrasar la aparición de los síntomas más duros y destructivos para la salud del paciente, que son los que acompañan en los momentos más avanzados de la enfermedad. Para el profesor Trevor Crawford, miembro del Centre for Aging Research, los resultados del estudio suponen un salto cualitativo porque, por primera vez, se han demostrado de una manera rápida y sencilla las conexiones del deterioro cognitivo y la pérdida de memoria con la gestación de la enfermedad. En este estudio, titulado The role of working memory and attentional disengagement on inhibitory control: effects of aging and Alzheimer, también participaron personas con demencia y pacientes con la enfermedad de Parkinson y un grupo de control de personas sanas, que mostraron serias diferencias en los resultados de los test a los que fueron sometidos. En la actualidad, “el diagnóstico de la enfermedad depende de una larga y complicada serie de pruebas neuropiscológicas. Habitualmente los pacientes con demencia encuentran importantes dificultades para completar este tipo de test debido a una falta de comprensión inicial y al posterior desvío de la atención. Una problemática que ahora se podrá corregir con los exámenes visuales”, aclara Crawford. Una alternativa a los test neuropsicológicos Durante la última década, no han sido pocos los laboratorios e investigadores de todo el mundo que han tratado de encontrar una prueba alternativa a los test neuropsicológicos para diagnosticar la enfermedad. La mayoría de estos enfoques alternativos a los habituales estaban centrados en el control cognitivo a través de los movimientos oculares. Un proceso en el que también intervienen la memoria y la capacidad de atención. La enfermedad de Alzheimer es un trastorno que se desarrolla muchos años antes de que los síntomas comiencen a ser perceptibles, por lo que este nuevo avance podría ser vital para el desarrollo de tratamientos orientados a minimizar los efectos durante los primeros años de gestación. Una dolencia que, según los cálculos de los científicos, podría afectar a más de 60 millones de personas en todo el mundo.

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